La construcción de villas olímpicas es una oportunidad para ensayar modelos de ciudad a través del diseño urbano. La Villa Panamericana para los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023, se inserta en esta tradición y gracias a su escala se suma a la experiencia de los proyectos de vivienda colectiva de Santiago de los años 60 y 70 desarrollados por la CORMU. Ubicada en la parte norte de la Ciudad Parque Bicentenario de Cerrillos y cercana a la estación de metro Cerrillos de la línea 6, la Villa es la punta de lanza para el desarrollo habitacional en gran escala del proyecto de Ciudad Parque, que, a través del subsidio de integración social, busca desarrollar la zona con estándares de calidad en diseño, equipamiento y áreas verdes. El encargo desarrollado en conjunto entre el Ministerio del Deporte y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo definió tanto los requerimientos de habitabilidad que el proyecto debía cumplir como un plan maestro para el loteo, que estableció las condiciones del conjunto, donde uno de los principales elementos corresponde al paseo panamericano, una cesión de espacio publico diseñada para conectar el metro con el parque a través de la villa. Tomando las condiciones del plan maestro, la propuesta aborda la creación de 4 barrios cuyos ejes divisorios están definidos por el paseo panamericano y los paseos peatonales transversales. Para ello se aborda la organización a través de una estrategia de campo a la manera de un bosque, como una forma de colonizar un amplio terreno ubicado en la esquina de dos vías estructurales de Santiago, un parque aeronáutico y un parque de escala metropolitana. Esta estrategia apuesta por construir una interioridad poniendo el énfasis en el espacio público y lo común. Los edificios y las placas de equipamiento se organizan de modo que los espacios públicos que conforman, se abran desde el poniente al oriente, conectando el metro con el parque y generando una apertura visual hacia la Cordillera de Los Andes. La planta cuadrada de las torres se organiza en un orden cartesiano que divide la planta en 9 espacios, donde el cuadrante del centro contiene el núcleo de circulaciones verticales y pasillos comunes, mientras que en los cuadrantes perimetrales se distribuyen 8 departamentos por planta. El proceso de construcción de la Villa Panamericana es un ejemplo de gestión de terrenos públicos, donde el Estado no solo construye el espacio público, en este caso el paseo, sino que también establece condiciones topológicas y de uso para el desarrollo privado mediante un concurso público. Este modelo permite la creación conjunta de espacios públicos y colectivos, transformando el desarrollo inmobiliario en un benefactor urbano y virtuosamente en un beneficiado. Este proceso ayuda a disminuir el riesgo del proyecto y permite la inversión en espacios de uso colectivo. Se presenta como una posibilidad de construcción urbana a través de una operación que invierte la lógica tradicional de ir a la pesca de las plusvalías, para entender que ellas pueden ser sembradas y cosechadas.