Residencias ODH
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Vivienda Multifamiliar
País de representación: Ecuador
Participantes:
- Arq. Cristian Fernandez
- Arq. Roberto Vasco
- Arq. David Carrera
- Sr. David Valencia
Memoria
En una urbanización privada en el Valle de los Chillos, en un ejercicio reinterpretativo de convivencia y uso cotidiano del hogar, se implantan 3 monolitos que aprovechan y potencian las condicionantes físicas y visuales del terreno en donde se desarrollan, asimilando en una escala compacta el dinámico funcionamiento de su entorno.
Teniendo como premisa el explorar nuevos modelos de co-habitar espacios de vivienda colectiva, en un terreno con una pendiente descendente que mira hacia la cordillera occidental de los Andes, se realiza un ejercicio de tallado prolijo, moldeado y exploración de llenos y vacíos en el espacio en el que se implanta el proyecto, buscando configuraciones óptimas, eficientes y cómodas para sus habitantes. 3 volúmenes adaptan y estructuran la mejor composición para resaltar su contexto: se modifican alturas, se abren ventanas, se quiebran formas, se proyectan balcones, se generan recorridos, se estudia individualmente a cada uno de los monolitos explotando y configurando sus características espaciales.
En una analogía del modelo de la urbanización en la cual se implanta, a partir de la colocación sistemática de recorridos individuales y compartidos, se disuelven las delimitaciones de los usos público-privados en una propuesta de convivencia en vecindario para conjuntos y urbanizaciones a partir de una comunicación permanente como sentido de convivencia, seguridad mutua y pertenencia a su entorno.
Recorrer el proyecto es un juego de escalas y transiciones: la vista principal desde la vía de ingreso vela ligeramente las fachadas de las viviendas, dejando entrever los volúmenes que se alzan en la pendiente. A medida que se ingresa, la escala del espacio percibido se va ampliando, enmarcando naturalmente a montañas y jardines. Una segunda transición ocurre cuando se ingresa a cada vivienda, seguido de lo cual se amplía nuevamente el espacio accediendo al hogar: un núcleo que reparte las actividades a los espacios servidores y redirige el paso hacia los espacios servidos; el espacio accedido se ilumina ampliamente por el ingreso de luz a través de ventanales que conectan con jardines privados. En las plantas altas, se van ramificando espacios de estar más privados que reparten el acceso a los dormitorios; recorrido en el cual se llegan a ver las excavaciones realizadas en los volúmenes a través de ventanas que enmarcan a visuales específicas de paisajes naturales, orientando la vista y permitiendo la entrada de luz en donde realmente se lo necesita. Una vez en los dormitorios, el espacio más íntimo sigue conectándose con el medio a través del acceso a balcones y ventanales estratégicamente orientados; el juego de escalas y de transiciones termina abriéndose, finalmente en donde empezó: al entorno.
Los 3 volúmenes, con su color y su materialidad, a la vez que contrastan, también se camuflan con el contexto, resaltándolo y potenciándolo a la vista de quien lo recorre, en sus matices y sus formas; simulando el perfil de la cordillera de los Andes, se reflejan tonalidades y sombras del sol, del cielo y de la vegetación. El proyecto difumina y transcurre sutilmente entre escalas, alturas, espacios, usos y privacidades.