Desde el Siglo XVI el poblado de Sáchica fue una encomienda marcada por las doctrinas religiosas reinantes en la época que luego entrado el Siglo XVII pasó a ser un resguardo en el que la población indígena fue severamente mermada, justamente aun subsisten vestigios de dicho adoctrinamiento reflejados en la ”piedra del castigo” o rollo y la cruz atrial típica de los templos doctrineros, que para fortuna aun se conserva al frente del templo como marco referencial de la plaza hacia el costado oriental rematando la visual del atrio. La simbiosis entre indígenas, criollos y españoles supuso un cambio y adaptación entre costumbres, maneras de habitar, cultura, demografía y religión lo cual ocasionó un atractivo de riqueza para esta población boyacense. Sumado a esto, la ubicación geográfica en la Provincia de Ricaurte le agrega características naturales que permiten productos agrícolas únicos, tanto de especies nativas como foráneas representativas de la región: tomate, cebolla y olivos, lo cual otorga identidad que sumado a diversas actividades culturales y religiosas como la semana santa en vivo, imprimen un carácter al templo dada la relevancia y relación estrecha que establece lo construido con estas manifestaciones intangibles. . A mediados del Siglo XX se conecta por carretera a Tunja con Villa de Leyva pasando por Sáchica lo cual otorgó una relación mas directa entre el poblado y la capital del departamento, consolidando a su vez el trazado urbano y el remate visual siempre de carácter simbólico y representativo del templo doctrinero. El templo doctrinero data del año 1606 cuya materialidad esta dada por estructuras murarías en tapia y adobes con mampuestos de piedra en sus cimientos y cubierta en ”par y nudillo” con manto en teja de barro, a la usanza típica de las edificaciones religiosas en la época. La cercanía con Villa de Leyva otorgó al municipio de Sáchica una relevancia enorme desde lo turístico, cultural y social, que sumado al repertorio arquitectónico agregó un carácter único para la historia de la arquitectura en el país, ya que es de los pocos poblados en Colombia que mantiene el mencionado rollo y la cruz atrial, siendo quizá, una de las edificaciones mas atractivas tanto para estudiosos y visitantes al mantener su edilicia casi igual que al momento de su construcción. Con el pasar del tiempo se han producido afectaciones tipológicas en la edificación las cuales se iban corrigiendo de acuerdo a los moradores religiosos de la época, en algunas ocasiones con reparaciones no tan acertadas. Debido a estas iniciativas se alteró la lectura de originalidad del inmueble dado que se construyeron sócalos desproporcionados para la altura, se instalaron pisos, se modificó el nivel en el costado del anden, así como una serie de reparaciones que alteraron tanto estructural, espacial y tipológicamente el inmueble así como el rechazo que generó en la comunidad dado el distanciamiento que supuso la imposición de una reja en la entrada del templo.