Museo de Geología en Progreso

Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Equipamiento
País de representación: México
Participantes:
- Arq. Jorge Arvizu Soto
- Arq. Ignacio del Río Francos
- Arq. Emmanuel Ramírez Ruiz
- Arq. Diego Ricalde Recchia
Memoria
El proyecto del Museo de Geología de Progreso está planteado como un elemento cultural y un elemento de espacio público desarrollados como un único proyecto.
Las distintas partes del programa se relacionan de manera consciente entre sí y con el contexto, a través de diferentes ambientes en el espacio abierto.
Situado frente a la costa, y cerca del puerto marítimo de Progreso, el museo se compone y organiza a partir de un conjunto de volúmenes de diferentes alturas, que operan tanto individual como colectivamente, creando espacios habitables en su interior y generando una cubierta ajardinada que puede recorrerse en diagonal.
A nivel de calle, la plaza que ocupaba el sitio previamente, se transforma y se reorganiza a los lados de un corredor central que cruza el proyecto de norte a sur, y por el cual se puede acceder tanto a los espacios interiores como llegar al malecón.
Este corredor se extiende espacialmente sobre toda la plaza, delimitando los prismas de distintas alturas que ocupan el sitio, y permitiendo el tránsito a través de una retícula de corredores públicos y de una cubierta que puede ser recorrida de esquina a esquina. Dos grandes jardines elevados flanquean las esquinas de la plaza, permitiendo recorrer los desniveles para disfrutar de nuevas vistas a diferentes alturas.
Adicional al carácter de espacio público del proyecto, el programa del museo se divide en espacios de exhibición exteriores e interiores. Los jardines y patios públicos albergan parte de la experiencia museográfica, mientras que las exhibiciones interiores toman lugar en un conjunto de prismas que ocupan la esquina sureste de la plaza; ocho volúmenes que pueden ser subdivididos de acuerdo a los requerimientos de exhibiciones permanentes, temporales o eventos. Esta sección es servida por un volumen de oficinas, un volumen de espacios de investigación y catálogo, y uno destinado a bodega. La cafetería y talleres del museo se separan de él para darle servicio a toda la plaza, permitiendo así conectar las distintas actividades que permite el proyecto y vincular la vida diaria del edificio con las dinámicas urbanas de la ciudad.
El diseño de los volúmenes y su disposición en el espacio público genera recorridos acompañados de luz, sombra y vegetación que dan a la plaza un nuevo carácter rico en experiencias que evocan ideas de la arquitectura maya junto con la herencia colonial de la traza urbana. La materialidad del museo, cubierto en su totalidad en chukum (un acabado natural de origen maya) asegura su durabilidad y bajo coste de mantenimiento.
El museo sintetiza de forma consciente los aprendizajes locales mayas con planteamientos de arquitectura contemporánea, generando así un nuevo espacio público identificable y apropiable para la gente de Progreso.