MIRADOR CERRO ÑIELOL
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Espacio Público y/o Colectivo
País de representación: Chile
Participantes:
- Arq. JAIME INALDI INOSTROZA CAMPOS
Memoria
Caminado desde el centro de Temuco se llega a la a entrada principal del cerro Ñielol por la calle Prat. Este eje vincula el pie de cerro y el otro borde de la ciudad, el rio Cautín. En Chile solo existen diecisiete monumentos naturales declarados y uno de ellos es el cerro Ñielol.
Llegando a su cumbre en la cota 230, sobre el nivel mar se establece por una escalinata que da la medida y la distancia de llegar a la gran terraza, una horizontal en una cumbre. La mirada queda elevada sobre el dominio del territorio, apareciendo la escala y la magnitud del valle de la ciudad. Se establece la morfología de este valle, donde el vacío queda medido por el cerro Conunhueno que se enfrenta al cerro Ñielol, y en su parte inferior como una avenida de agua en diagonal, se logra atisbar el rio Cautín.
¿Entonces cómo poder construir una obra arquitectónica para habitar el acto de encumbrarse en un perfil aéreo y que logre enmarcar el paisaje de este territorio?
Las casas antiguas poseían un Zaguán; una doble puerta antes de entrar a la intimidad del hogar. Este pequeño lugar a contra luz dejaba una puerta con un vidrio catedral; un velo de luz que dejaba vislumbrar sin descubrir un interior. Por lo tanto al caminar desde la calle el paso se atajaba vislumbrando una silueta de un interior. Esta observación del habitar antiguo de Temuco fue lo que se quiso rescatar.
El mirador anterior poseía ya una antigüedad de cuarenta años con evidentes deterioros estructurales. A partir del estudio estructural y arquitectónico se estableció recuperar y reforzar las bases existentes de hormigón y conservar los cuatro pilares de ciprés existentes y a partir de eso conformar un nuevo cuerpo, utilizando madera de pino oregón. El proyecto en su parte superior es una renovación completa de la estructura del mirador que existía
Desde una base de cuatro metros por cuatro metros se establece una doble altura, que incorpora un puente como acceso principal. Este define un umbral de sombra a contra luz. En su primer nivel con una ventana continua inferior permite al visitante sentarse y contemplar la ciudad, desde su geografía aérea. Esta altura queda cualificada por el brise soleil de madera, que como unos velos de luz dejan entre ver sin descubrir el follaje del paisaje del bosque nativo del lugar. Luego para el segundo nivel se vincula por medio de la escalera que pasa hacer un elemento arquitectónico desde un interior hacia un exterior, rematando en un el balcón superior, que conforma el segundo nivel. El habitante ahora queda encumbrado en el perfil aéreo de la cumbre.