Minería 37
Ganador
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Vivienda Multifamiliar
País de representación: México
Participantes:
- Arq. MEIR LOBATON CORONA
- Arq. IOSHUA LOBATON CORONA
Memoria
Una de las implicaciones de construir vivienda en centros urbanos altamente densos como la Ciudad de México, es la necesidad de aprovechar al máximo la intensidad de construcción permitida para así hacer frente al impacto del costo del suelo con relación al de la construcción, y por lo tanto al de la vivienda.
Si bien lo anterior permite a sus habitantes tener más fácil acceso a los centros de trabajo, escuelas, servicios y transporte, lo que debería de contribuir a una mayor calidad de vida, paradójicamente las implicaciones de la vida de alta densidad, a menudo se traducen en la necesidad de residir en complejos anónimos de apartamentos carentes del toque de identidad necesario para la consolidación del sentido de pertenencia y comunidad.
Ubicado en la Escandón –una colonia central de la Ciudad de México caracterizada por conservar su condición barrial– este edificio busca generar un equilibrio entre el anonimato y la interacción social, es decir, crear un entorno en el que los residentes puedan disfrutar de la privacidad cuando lo deseen, al tiempo que tengan espacios y oportunidades donde interactuar y construir relaciones con sus vecinos, que eventualmente se conviertan en comunidades más vibrantes y resilientes.
Desplantado sobre un predio entre medianeras con proporciones alargadas (11.00 metros de frente y 40 metros de profundad) orientado hacia el poniente, se trata de un edificio de nueve viviendas en condominio que se organiza en dos cuerpos unidos estructuralmente, pero funcionalmente independientes.
El primero, un volumen de cinco niveles con tres viviendas de planta en ¨L¨, se alinea al frente de la calle para dar continuidad a la cinta urbana existente; mientras que el segundo, una barra horizontal de tres pisos con 6 viviendas, se repliega hacia el norte en interior del predio, dando lugar a un callejón jardinado de uso comunitario, que conduce a una serie de pequeñas plazoletas de acceso a cada una de las viviendas.
La sección del edificio hace referencia al concepto de la función oblicua desarrollada por el filósofo francés Paul Virilio y el arquitecto Claude Parent. A la idea de crear de entornos en los que las superficies inclinadas sustituyan a los planos cartesianos.
En este caso, las circulaciones horizontales y verticales (pasillos y escaleras) interiores de cada una de las viviendas, se superponen para convertirse en una circulación oblicua que las atraviesa transversalmente. Dicha esta estrategia permitió, aparte de reducir la superficie ocupada por las circulaciones en un cincuenta por ciento, generar la impresión de tratarse de viviendas más amplias.
El edificio busca pasar desapercibido en la trama urbana. Es un edificio sin fachada: su fachada son los fresnos y hules existentes en la banqueta, que sirven de umbral y amortiguador a los tres departamentos que viven hacia la calle.
Su tratamiento austero de aplanados de cal pigmentada, concreto gris, grandes ventanales y elementos de madera, refuerzan la intención de parecer un edificio inconcluso, tal y como sucede con los jardines y la comunidad que poco a poco se desarrollan y consolidan en su interior.