LABERINTO LÚDICO El Taller de Obra de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Chile, sede Coquimbo, es una actividad académica en la que un trabajo conjunto y colaborativo de estudiantes y docentes es capaz de construir una pequeña obra que se inserta como un elemento detonante del espacio público. Al tratase de un trabajo masivo, en cuanto a sus participantes, el proyecto se debe entender como un sistema arquitectónico, vale decir, como un conjunto de elementos interrelacionados entre sí para lograr un mismo objetivo. Este sistema está compuesto por una serie de dispositivos habitables, cada unidad se dispone a desarrollar una acción determinada, en este caso el jugar. En consecuencia, la obra construye un sistema arquitectónico, por medio de una serie de dispositivos habitables que propician el juego y se conectan entre sí formando un Laberinto Lúdico. Esta obra se desarrolló a través de 12 grupos de trabajo de entre 12 y 14 estudiantes y docentes, que a su vez se traducen en 12 dispositivos que conforman la totalidad de la obra realizada. Está construida completamente de madera de pino en distintas dimensiones y formatos. Este sistema arquitectónico tiene una serie de configuraciones espaciales, las cuales se traducen en patrones de asociación que se disponen según lo requiera el espacio. La obra, por lo tanto, utiliza lo modular como estrategia de proyecto, lo que le otorga una condición de itinerancia y adaptabilidad. Esta obra pone en relevancia dos aspectos profesionales y disciplinares, que como escuela de arquitectura queremos relevar. Primero, la dimensión colectiva, que lleva implícita la experiencia y la experimentación del espacio vivido, las cuales se registran en nuestra memoria y pasan a ser parte nuestra, en imágenes que se acumulan y conforman un capital cultural. Segundo, la dimensión social, que esta obra recoge desde lo público y desde el compromiso con el interés común, con el objetivo de contribuir a la equidad de nuestras comunidades. El Laberinto Lúdico, luego de estar dos semanas en la plaza Gabriel González Videla del centro de la ciudad de La Serena, Chile, se trasladó hacia un jardín infantil de un barrio vulnerable de la ciudad para ser donada y así mejorar la calidad del equipamiento del patio de juegos, estimulando el aprendizaje de los niños y niñas a través del juego.