La Biblioteca Central de la Universidad Industrial de Santander (UIS) fue diseñada por los arquitectos A.J. Moreno González, Augusto Rojas Valenzuela y Enrique Quiroga Fajardo, y su construcción se completó en 1976. Tras más de cuatro décadas de uso, se ha llevado a cabo una intervención para adaptar el edificio a las necesidades actuales, respetando su valor como bien de interés patrimonial de ámbito municipal. La revitalización se enfocó en respetar las características arquitectónicas históricas, restaurando las fachadas y liberando los espacios interiores para maximizar la entrada de luz natural a través de sus cortasoles originales. Además, se realizó un reforzamiento estructural, instalando disipadores en puntos estratégicos para asegurar la estabilidad del edificio y garantizar su durabilidad para las generaciones futuras. Este proceso no solo recupera la esencia del diseño original, sino que también mejora la funcionalidad del espacio para los usuarios contemporáneos. La intervención del arquitecto Fabian Camargo, tiene como principios de diseño la integración de los cuatro pilares de la educación, reconfigurando la experiencia de la biblioteca, integrando estos conceptos pedagógicos en la estructura espacial y funcional del edificio. Cada piso evoca uno de estos pilares: aprender a vivir juntos (primer piso), aprender a hacer (segundo piso), aprender a conocer (tercer piso), aprender a ser (cuarto piso). En estos niveles, los usuarios disfrutan de una variedad de espacios de estudio grupal e individual, áreas de tutorías y tecnología avanzada. El diseño promueve la flexibilidad y adaptación según las necesidades de los estudiantes, facilitando tanto el aprendizaje colaborativo como la concentración individual. Por otra parte, se habilitaron espacios deteriorados con el tiempo como la terraza de lectura o biblio-café, situada en el último nivel, ofreciendo vistas panorámicas del campus que conectan a los usuarios con la naturaleza, un espacio que complementa la función educativa con momentos de serenidad y contemplación. El sótano fue transformado en un espacio de convivencia, con hamacas, sofás colgantes y nichos tranquilos, donde los estudiantes pueden relajarse y disfrutar de una variada colección de libros de entretenimiento, que incluye poesía, cuentos, novelas y obras destacadas en ferias literarias. Estas áreas promueven el intercambio social en un entorno relajado y acogedor. Con esta intervención, la biblioteca ha incrementado su capacidad, mediante la optimización de las áreas existentes, adaptándose a las demandas de una comunidad universitaria en constante crecimiento. Esta intervención ha generado un impacto notablemente positivo, reflejado tanto en las interacciones como en el uso cotidiano de las instalaciones. Estudiantes y visitantes destacan especialmente la optimización en la distribución de los espacios y la incorporación de áreas colaborativas. Estos nuevos entornos han facilitado considerablemente el trabajo en equipo y las presentaciones académicas, mejorando así la dinámica de estudio y enseñanza dentro de la biblioteca. La nueva infraestructura de la biblioteca dignifica la academia y destaca el valor de lo público, representando un legado para las futuras generaciones.