La colina frente a la cañada

Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Vivienda Unifamiliar
País de representación: México
Participantes:
- Arq. Rogelio Vallejo Bores
Memoria
La idea del proyecto surgió al escuchar los murmullos del entorno y de la búsqueda de protección y refugio del cliente. ¿Cómo sentirse protegido? ¿Qué hacer ante la vulnerabilidad? Esta pregunta evocó una imagen: un niño asustado cubriéndose con una sábana, asomando la mirada para ver lo que ocurría a su alrededor.
Cubrirse con una sábana es un acto elemental, aludiendo a lo básico del ser; la sábana arropa, protege y envuelve, creando un espacio seguro que aleja cualquier temor. Este gesto inspiró la arquitectura, formando una nueva colina en el paisaje. La arquitectura debía ser el acento en las palabras del poema que ya existía: los pinos, encinos, huizaches, luciérnagas, el camino, la cerca, la pileta, la tierra, la huerta y el ruiseñor.
Los acentos los dieron cuatro muros de concreto que emergían del paisaje; dos contenían la tierra de la nueva colina, y otros dos enmarcaban el acceso, escoltando al huésped hacia el interior de la casa. Este camino es lo suficientemente amplio para recorrerlo solo, pero lo bastante estrecho para no hacerlo acompañado, propiciando un peregrinaje en soledad que lleva al encuentro con un añejo árbol. Su presencia era tan significativa que uno de los muros fue suavemente curvado para permitir el paso junto a él.
Después de atravesar el umbral del árbol, bajar unos escalones de piedra y abrir una pesada puerta de acero, se descubre una bóveda de concreto que soporta la “sábana verde” sobre ella, evocando la sensación de estar dentro de una cueva fría, obscura, pero acogedora.
El concreto fue elegido como material principal, evocando la imagen de una roca fundiéndose y cambiando de color al interactuar con el bosque. El piso enfatiza el aroma a madera de los pinos, balanceando la temperatura fría del concreto. El acero, por su parte, adquiere con el tiempo una apariencia similar a la corteza de un árbol.
Espacialmente, las áreas públicas se exponen hacia la boscosa cañada del lado izquierdo de la casa, mientras que las áreas privadas se abren tímidamente hacia un patio en el lado derecho que permite ver el cielo y la copa de algunos árboles, pero que se cierra parcialmente al exterior.
Se buscó tener pocas referencias temporales, por lo que se escondieron el refrigerador y los electrodomésticos, y las luminarias se dispusieron discretamente. Solo se incluyeron cuatro materiales principales: piedra, madera, concreto y acero, para mantener la atmósfera ruda y primitiva de la montaña.