La revitalización y puesta en valor de la casa patrimonial, declarada en la categoría de Conservación Integral, para ser la nueva Sede del tradicional Jockey Club, fundado hace 150 años, consistió en complementar el programa original para disponer nuevas dependencias y servicios que permitieran actividades adicionales en un edificio nuevo, así como reorganizar los espacios ya existentes con nuevos usos. Residencia de un reconocido arquitecto fue construida a mediados de los años treinta del siglo XX, siguiendo los cánones de la arquitectura conocida como “estilo inglés”, usada previamente a la llegada de la modernidad en los años 50, que respondía a la fascinación por Inglaterra en muchos aspectos de las costumbres de la época muy arraigadas en la sociedad bogotana. La localización en la parte alta del terreno, hizo posible la construcción de un espacio de llegada en el primer nivel inferior, que resuelve además el acceso cubierto al Club. Se utilizaron los aislamientos laterales para resolver con rampas el ingreso y la salida vehicular a este espacio de recibo, convirtiéndose en un gran vestíbulo interno donde funciona el valet parking. El edificio se resuelve en dos niveles inferiores, dos superiores y una pérgola en la terraza, con dos puntos fijos de escaleras y ascensores, dispuestos en los extremos norte y sur, uno para socios y otro para servicio. Se recurrió a una luz estructural considerable para liberar el centro de las plantas, con grandes ventanales en los espacios principales de taberna y comedor, ubicados en el primer y segundo pisos superiores respectivamente, que hicieron de la vista a la casa el centro de atención hacia el oriente y la vista lejana a la ciudad y al atardecer hacia el occidente, en contraste con las fachadas laterales cerradas hacia el norte y sur. El volumen nuevo de expresión austera y desprovista de elementos no esenciales, no sobrepasa la altura del volumen de la casa. Para no entrar en competencia con ella y marcar una diferencia entre la arquitectura original y la contemporánea se buscó una integración armónica a través del uso del ladrillo de color uniforme y con un formato de proporciones alargadas, exclusivamente creado para este proyecto. En el primer nivel inferior, se dispone el gimnasio, la peluquería, vestieres y baños de empleados, subestación, planta eléctrica y tanques de almacenamiento de agua. En el segundo nivel inferior se encuentra la piscina, una terraza de descanso, baños, vestieres de socios y baño turco. Un espejo con toda la altura desde el borde del agua hasta el cielo raso, duplica visualmente el espacio. Ambos niveles inferiores disfrutan de la vista a un muro de doble altura con vegetación. Una gran marquesina en el antejardín garantiza la iluminación y ventilación naturales de estos dos pisos. En el centro de la planta se dispuso un espacio múltiple, con un acceso independiente, aislado acústicamente para la realización de diversos eventos, como conferencias, exposiciones y fiestas. La terraza de la cubierta es un espacio disponible para actividades al aire libre con vistas a la ciudad.