Ferrocarril de Cuernavaca 780

Finalista
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Edificios Administrativos, Institucionales y Corporativos
País de representación: México
   Participantes: 
  • Arq. Alejandra Tornel Cahue
  • Arq. José Miguel Fainsod Castro
  • Arq. Santiago Hernández Matos

Memoria

Parecía indicar que este predio tan estrecho estaba destinado a ser un espacio sobrante en la ciudad. Atrapado entre una angosta calle y las antiguas vías del Ferrocarril de Cuernavaca, era difícil imaginar que se edificaría ahí una torre esbelta, capaz de adaptarse a las limitantes del terreno con agilidad, como una de esas plantas que crecen en las condiciones más adversas y de la manera más inesperada. Formalmente hablando, el edificio es resultado del análisis y la reinterpretación del ensamblaje de la arquitectura clásica, el estudio de sus proporciones estéticas y la incorporación de secciones áureas, del entendimiento constructivo del acero, el concreto y el cristal en la arquitectura moderna, y la respuesta a las condicionantes propias del terreno. Su volumetría se configura por basamento, fuste y capitel, evidenciando su carácter a partir de las distintas modulaciones y tamaños de cancelerías, y su fachada estructural, aparece como la respuesta evidente para solucionar la necesidad de liberar las plantas de obstrucciones interiores. Este planteamiento constructivo genera a su vez módulos que otorgan eficiencia al uso del espacio y ordenan sus fachadas, las cuales, delimitadas por un contexto meramente urbano, se muestran casi en su totalidad acristaladas con la intención de captar la mayor cantidad de iluminación natural y conectar el edificio con su entorno. Arquitectónicamente, el edificio cuenta en planta baja con dos accesos simétricos en las fachadas Norte y Sur, distribución que otorga continuidad al flujo peatonal y conecta visualmente la calle con el recientemente terminado parque lineal, dos cabinas de estacionamiento que son asistidas mediante un robot con sistema de pallets, dos núcleos de servicios en los que se concentran elevadores, escaleras, baños e instalaciones, y un espacio de uso comercial con terrazas. En los niveles tipo este programa se simplifica conservando únicamente los núcleos de servicios y en el nivel 13 se reduce el área interior y se incluye una terraza cuya vista se abre y nos muestra el skyline de la ciudad hasta el Parque de Chapultepec. Bajo banqueta existen bodegas para todos los inquilinos, cuartos de limpieza, mantenimiento y los espacios necesarios para el correcto funcionamiento y operación del edificio, incluyendo el panal de estacionamiento robotizado con capacidad para 126 cajones distribuidos en 13 niveles, solución empleada debido a las limitadas condiciones del predio y los requerimientos y normativas locales. Su pesada materialidad de acero nos recuerda el pasado industrial de esta zona que alguna vez fue periférica, hoy en día renovada y convertida en uno de los distritos con mayor desarrollo cultural, económico y de infraestructura de los últimos años dentro de la Ciudad de México. Este mismo pasado resuena en el nombre del edificio, que con su fuerza sonora emplaza la torre a un costado de las antiguas vías del tren. La racionalidad, el orden y el cuidado de las proporciones son considerados como los principios que rigen este proyecto.

Ubicación