Edificio Centenario
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Edificios Administrativos, Institucionales y Corporativos
País de representación: Chile
Participantes:
- Arq. Gonzalo Mardones V.
Memoria
El Edificio Centenario, obra obtenida mediante concurso, se articula por un lado a los requerimientos del mandante, nuestra forma de ver el encargo en lo arquitectónico, el emplazamiento en pleno casco histórico de Santiago y la conceptualización de la Institución, más que un estilo en si mismo es el reflejo material de un carácter, una idea, de austeridad, solemnidad, solidez y transparencia. Como hito en el centro de la Ciudad, intenta realizar una costura de la trama y figura urbana existente, respetando las fachadas continuas que el centro de la capital tuvo y las alturas de los edificios contiguos. Se respetan tanto el nivel de la calle y escala humana como el elevarse a la escala urbana, no como un volumen aislado sino como un unificador de su contexto, transparentándose y cerrándose, jugando con el entrever. Al ingresar por el acceso retranqueado a escala del peatón, el volumen se abre al cielo capturando la luz, llevando adentro un pedazo de ciudad, una plaza interior. El concepto de este Edificio es el “Atrio” el cual se fundamenta en este espacio central “vacío” que lejos de no tener “nada” está en realidad lleno de luz natural que articula a su alrededor todo el programa, conectando ambas alas funcionales mediante un puente abalconado sobre el patio interior, rememorando la antigua arquitectura colonial con sus patios interiores, aprovechando la luz natural y dando al conjunto un aspecto de descubrimiento al entrar. Es un edificio compacto con dos cuerpos adosados a los edificios laterales, con un eje simétrico con fachadas transparentes e iluminadas y construido con un material noble, con concepto de solidez y eternidad como el hormigón en su tonalidad pétrea, compartiendo con la institución este carácter solemne, austero e imperecedero. El sol del norte es controlado por una serie de celosías y quiebravistas hacia los edificios vecinos. La materialidad de todos los halles de madera le otorga la calidez y nobleza de un material natural y muy propio de nuestro país. Lo más desafiante fue resolver, primero que todo, las condicionantes urbanísticas en un área compleja, determinar el volumen, y luego de definir que el concepto se extraía de este vacío articulador, proponer la mejor manera de interconectar diferentes oficios dentro del edificio, en zonas públicas, privadas, de seguridad y aspectos técnicos.