Edificio C36

Finalista
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Vivienda Multifamiliar
País de representación: Colombia
   Participantes: 
  • Arq. Carlos Pardo Botero
  • Arq. Nicolás Vélez Jaramillo
  • Arq. Mauricio Zuloaga Latorre

Memoria

El proyecto se encuentra localizado en el barrio el Poblado, al sur oriente de Medellín, en un lote que conocíamos muy bien pues queda al lado de nuestra oficina. Quizá lo más notable del lugar, eran los búcaros enormes que rodeaban el perímetro, y hacían que, desde la calle, el lugar pareciera un pequeño bosque, un espacio que había que proteger e intervenir con mucho cuidado. El reto principal consistió en plantear la estrategia más adecuada para impactar lo menos posible este enclave natural en medio del tejido urbano. La naturaleza se asumió como un punto de partida al momento de diseñar, lo que nos llevó a tomar la decisión de insertar cuidadosamente el volumen, y así preservar la vegetación existente. La fachada exterior, está compuesta por jardines horizontales, que al fundirse con los árboles del perímetro, logran reducir la sensación térmica al interior de los apartamentos; esta estrategia bioclimática permite además, desmaterializar la presencia exterior del edificio, exaltando la presencia de la naturaleza por encima de la arquitectura. El proyecto que da frente a dos esquinas, toma como referente uno de los primeros edificios de vivienda moderna construidos en el occidente de Medellín a mediados del siglo pasado, el edificio Laureles, diseñado por Guillermo Atehortúa (1959), El cual cuenta con un acceso escalonado que conecta directamente con la calle y un patio central. El edificio C36 se vale de este esquema, para generar una sucesión de espacios intermedios que otorgan un carácter más doméstico al recorrido, a su vez con una mirada adaptada a los retos urbanos contemporáneos, se plantean dos espacios comerciales en el nivel de acceso, que logran activar el espacio público. En los niveles superiores, el edificio se conforma de 18 apartamentos, de 4 tipologías, diversidad que propicia intercambios sociales, y le imprime al edificio un carácter de pequeño vecindario. Los apartamentos se agrupan en torno a un patio central, y se conectan a través de corredores abiertos al paisaje; secuencia espacial recurrente en nuestros proyectos, en donde el “vacío” se concibe como un elemento articulador de la arquitectura, compuesto por espacios intermedios como: plataformas, escaleras, puentes y circulaciones abiertas al paisaje, que convierten el recorrido en un juego de transiciones, de relaciones visuales y de pausas, que invitan al encuentro con el otro y con la naturaleza. El ladrillo, es utilizado de forma predominante, su uso extensivo en muros y pisos, le imprime calidez al espacio interior y se complementa de forma silenciosa con la omnipresencia de la vegetación en el lugar. Un lugar que ya existía antes de nuestra intervención, un ecosistema consolidado, un bosque para proteger y construir con él, con oportunidades y retos susceptibles de ser interpretados, una nueva posibilidad de exponer nuestra forma de pensar y de hacer la arquitectura.

Ubicación