Claustro Comfama – Etapa 1
Finalista
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Intervención en Arquitectura Patrimonial o de Interés Patrimonial
País de representación: Colombia
Participantes:
- Caja de Compensación Familiar de Antioquia - Comfama
Memoria
Ubicado en pleno corazón del centro tradicional de Medellín, se encuentra el Claustro Comfama, un edificio con más de 220 años de historia, perteneciente al conjunto arquitectónico San Ignacio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) de Colombia, y compuesto, además, por otras tres arquitecturas: el Paraninfo de la Universidad de Antioquia, la Iglesia San Ignacio de Loyola y la Plazuela San Ignacio, un lugar de confluencia de diversas relaciones urbanas y sociales.
Desde el inicio de su construcción en 1803, el Claustro ha albergado una variedad de usos y habitantes, pasando por diferentes órdenes monásticas, épocas de guerra, y grandes transformaciones urbanas. Ha sido convento, colegio, cuartel, escuela de artes, universidad y, desde el 2006, en manos de Comfama, se proyecta como el gran centro cultural para Antioquia. Su vocación actual obedece a un profundo entendimiento sobre su relevancia histórica como primer centro de pensamiento y educación de la región.
El proyecto de intervención entiende el patrimonio desde una perspectiva humana y social que promueve un acercamiento e interacción cotidiana, constante y directa con él, evitando que se convierta en un objeto ajeno e intocable, reservado para ser observado, pero no habitado. Tanto el uso como la intervención son un manifiesto de la idea del patrimonio social: un edificio habitado, capaz de albergar, acoger, mutar y posibilitar.
La primera de sus tres etapas, culminada en el 2023, evidencia esta postura a través de tres estrategias:
La estratigrafía como método de intervención:
El proyecto entiende la arquitectura como una superposición de capas que narran una historia, posibilitando una intervención multitemporal: penetrar, revelar y adicionar capas en esta estratigrafía, aduciendo a una manipulación material sobre el pasado, presente y futuro del espacio. Se revelan colores, texturas y hechos arquitectónicos pasados, y se agregan nuevos materiales y formas que hilan una transformación constante del edificio.
El vacío como espacio ordenador:
El patio, entendido como la estructura espacial ordenadora de la tipología arquitectónica de claustro, pone en valor el vacío como eje central del proyecto. Los patios del Claustro se plantean como oasis inmersos en el caos y ruido de la ciudad; son un resguardo y un contraste, pero todavía inequívocamente conectado. El vacío denominado “Patio Teatro” es la esencia misma del proyecto: el gran espacio articulador y una extensión misma de la Plazuela para convertirse en un escenario polivalente de actividades culturales.
La difuminación de límites entre lo público/privado y el exterior/interior:
El proyecto incorpora la luz y el paisaje como elementos compositivos de la arquitectura. Mediante operaciones y dispositivos como celosías, ventanas, marcos, direccionalidades y perspectivas, se generan nuevas atmósferas y relaciones visuales que trascienden la relación binaria entre el exterior y el interior. Otras operaciones como la creación de múltiples accesos públicos, un sistema de circulación continuo y un puente que conecta terrazas entre edificios, invitan a la experiencia de recorrer continuamente la multiplicidad de superficies que componen la ciudad, tanto en un sentido horizontal como vertical, resultando en un proyecto audazmente público “del suelo al cielo.”