Centro Vida Municipio San Jerónimo

Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Equipamiento
País de representación: Colombia
   Participantes: 
  • Arq. Diego Alberto Rayo Morales
  • Arq. Sergio Valetin Perez Marulanda

Memoria

Un volumen de estructura rítmica se acompasa en la fachada tranquila de la carrera 11 en el cálido municipio de San Jerónimo, a tan solo una cuadra del parque principal. El Centro Vida, proyecto que de manera armónica actúa como elemento unificador, se aposenta entre las medianerías del lugar para dar paso a un espacio para el encuentro y disfrute de los adultos mayores del municipio. El bloque posee un equilibrio soportado en la sobriedad de las texturas. Diseñado para incorporar espacios funcionales que promuevan la interacción, el edificio dispone su volumetría para dar continuidad al hilo de la manzana y define un horizonte mediante un dintel en concreto, que sincroniza los niveles vecinos para pasar desapercibido en su integración urbana. El patio marca esa dualidad entre lo construido y lo natural, enmarcado por el gigantesco árbol que da la sombra necesaria para protegerse del sol y, de la misma manera, facilita la estancia y los recorridos que permiten atravesar el proyecto de una calle a la otra. La materialidad en concreto y ladrillo expuesto establece una conexión simple con el entorno, se integra fácilmente a lo local y estructura los vanos que denotan la geometría básica del proyecto, encontrando un elemento esencial en las puertas, cuyo cuerpo acoge el bambú como tectónica principal, lo que garantiza un bajo impacto ambiental y una alta durabilidad, permitiendo una ventilación cruzada que mitiga las condiciones climáticas locales de manera eficiente y garantiza una correcta y agradable sensación de frescura. La piel toma volumen mediante los trazos perpendiculares de la mampostería y la estructura, que dan profundidad y sombra a la fachada y, a su vez, se complementa con unas jardineras que añaden vitalidad y color. El interior del espacio en el bloque principal refleja la apariencia del exterior, refrescando su esencia de manera permanente gracias a la separación de las dos aguas de la cubierta pues esa apertura en la zona central ofrece una iluminación indirecta que clarifica el espacio. Su permeabilidad continua, garantiza la frescura del interior, además, su adaptación con la topografía y con la morfología de la manzana en la que está ubicado, hacen que su integración sea agradable a la vista y agradecida con el entorno urbano. El programa compuesto por áreas multifuncionales potencia la ejecución de diversas actividades, adaptándose a diferentes necesidades y eventos. La separación de usos, la ubicación de los servicios y el funcionamiento del edificio, dan cuenta de una simpleza en su concepción, basada no solo en la apariencia, sino también en su finalidad, pues entiende las necesidades del usuario, al acentuar la intención de llevar todo a un mismo nivel, facilitando la movilidad y la integración del espacio entre interior y exterior. En definitiva, este espacio no solo cubre las necesidades funcionales, sino que también se convierte en un símbolo de integración y cuidado para la comunidad mayor de San Jerónimo, al proporcionar un lugar donde las personas puedan relacionarse entre sí, creando un contexto donde prevalece el bienestar colectivo.