Centro El Camino. Unidad operativa para la atención de persona mayor y habitante de calle.
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Equipamiento
País de representación: Colombia
Participantes:
- Arq. José Puentes
- Arq. Iván Forgioni
- Arq. Juan Jose López
Memoria
El Centro El Camino está localizado en el noroccidente de Bogotá y es la infraestructura pública de servicio social más grande de la ciudad con la integración de tres centros: Centro vida, que atiende de forma permanente a ex habitantes de calle en proceso de resocialización; Centro día, que ofrece a diario atención integral a personas mayores y el centro Protección, que acoge y atiende adultos mayores que se encuentren en situación de pobreza o vulnerabilidad socioeconómica asociada al abandono o ausencia de familiares.
Tres elementos diferenciados, un sólo edificio
En el Centro El Camino, las personas reciben alojamiento, alimentación, vestuario y atención integral, y aunque algunos servicios pueden llegar a ofrecerse de manera compartida, cada centro debe funcionar como una unidad independiente y autónoma. Es por ello, que se parte por diferenciar de manera clara los tres componentes (Centro vida, Centro día y Centro protección), sin que se pierda la capacidad de comprender el proyecto como una unidad edilicia. El Centro El Camino se compone, por lo tanto, de dos barras paralelas que al articularse por una pieza de menor área conforman una planta en “H”. Esta articulación de componentes permite configurar las áreas abiertas y dotarlas de intención, una de ellas como plaza integrada al sistema de espacio público existente y el otro, como patio natural de uso interno. La ubicación de este patio está determinada para respetar y proteger varios árboles existentes, principalmente un Urapán, árbol patrimonial de Bogotá. Hacia sus bordes, el edificio se aleja de las calles circundantes para generar áreas de protección peatonal con zonas verdes y arborización. Estas zonas hacia la calle, antes cerrados a las personas por una malla, ahora son completamente abiertas y públicas.
Un soporte para la vida en comunidad
El acceso a los servicios se hace mediante dos vestíbulos plegados y una plaza inclinada que permite una continuidad de la superficie urbana y el traslapo de escenarios públicos hacia el edificio. Una base acristalada que contiene las áreas administrativas y de servicio como los talleres de artes, aulas de música y los comedores, permite un contacto transparente y permeable con la cotidianidad de la ciudad.
El edificio se concibe como un soporte para la vida colectiva, brindando a sus usuarios la posibilidad de generar vínculos afectivos y pequeñas comunidades interrelacionadas. En el interior se buscó brindar calidez y acogida mediante la condición material, relación con la naturaleza y la generación de espacios intermedios como áreas comunes amplias, terrazas y balcones que permiten el encuentro y la socialización. La circulación central se abre hacia una serie de espacios colectivos a doble altura que ofrecen diversidad espacial y vinculan visualmente una planta con otra, mientras que en las fachadas estos grandes vanos profundos diversifican el lenguaje repetitivo impuesto por los módulos de habitación, buscando la luz natural y las visuales lejanas. Estos espacios colectivos son dedicados a diversas actividades, como salones de juego y televisión, pequeñas bibliotecas, áreas de descanso y otras actividades espontáneas que surjan en el tiempo.