Centro Cívico Gubernamental, José Cecilio del Valle

Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Edificios Administrativos, Institucionales y Corporativos
País de representación: Honduras
   Participantes: 
  • Arq. JOSÉ PABLO RIVERA DE LA MORA
  • Arq. FELIPE MIGUEL FLORES ACEVES

Memoria

El Centro Cívico Gubernamental (CCG) surge de una licitación internacional cuyo objetivo fue sustituir el costo de arrendamiento de oficinas gubernamentales deterioradas y dispersas en Tegucigalpa, por un nuevo complejo administrativo donde concentrar todas las secretarias de Estado en condiciones óptimas y contando con las últimas tecnologías para administrar las actividades de casi 10,000 funcionarios. El esquema de Asociación Publico-Privado permite al Estado redirigir el costo erogado en las distintas rentas hacia el desarrollo de esta nueva infraestructura urbana sin incurrir en costos adicionales. ¿Cómo debe la Arquitectura responder a este reto considerando las limitaciones presupuestales y funcionales intrínsecas en un proyecto de más de 200,000 m2? ¿Cómo integrar este programa en un predio de 32,000m2 al trazado urbano y mitigar sus impactos negativos en la zona? Para atender esta interrogante, el CCG se concibe principalmente como una respuesta urbana a las enormes necesidades del programa articulando los distintos edificios en torno a espacios libres. El proyecto consta de 2 torres y 4 edificios de 23 y 8 niveles respectivamente. La disposición de los edificios genera una calle interior arbolada a lo largo del proyecto y remata en una plaza cívica llamada Plaza de la Democracia. Si bien el lenguaje arquitectónico busca ser contemporáneo, la utilización de grandes vestíbulos exteriores articulando los distintos edificios recuerda la ciudad maya de Copán o la utilización de plazas y plazoletas en el urbanismo colonial. Estos espacios abiertos infiltran la arquitectura de cada uno de los edificios mediante pórticos en planta baja que generaran circulaciones sombreadas y ayudan a brindar confort a los usuarios. Los edificios utilizan sistemas constructivos rápidos y consistentes con la tecnología y mano de obra local. Cuentan con un sistema estructural modular que permite la reconfiguración de espacios interiores, adaptables a las modificaciones de organigramas gubernamentales. Así, el énfasis del proyecto no se centra en los interiores sino en la disposición de los edificios y en sus recubrimientos de fachada que contrastan entre las torres de cristal, ligeras y transparentes, y los cuerpos bajos recubiertos con un juego de corta-soles y paneles de lámina perforada que les dan una imagen de solidez y permanencia. El conjunto utiliza técnicas activas y pasivas para mitigar su impacto ambiental: paneles solares; planta de tratamiento de agua que reduce en un 80% su consumo; vegetación, corta-soles y dobles fachadas para disminuir la incidencia solar; elevadores inteligentes y escaleras donde es factible utilizarlas; y un sistema inteligente que permite desde la atenuación de luces interiores hasta el monitoreo del consumo energético de cada edificio. El proyecto hace un guiño a la Cultura de Honduras mediante la reinterpretación de formas y colores de significado nacional. Se pretende que el usuario asista a un lugar, qué si bien es contemporáneo, sea didáctico y refleje la cultura local. De esta forma se integran elementos como estelas con las descripciones de las etnias de la nación; se utiliza el color azul de la bandera Hondureña y se celebra, de forma abstracta, la geometría básica de la Arquitectura Maya.

Ubicación