Ubicado en el barrio Loma Merlo de la ciudad de Luque, en el Área Metropolitana de Asunción, este proyecto busca generar una arquitectura de bajo impacto ambiental y adaptada al clima, promoviendo una conexión con el lugar a través de la espacialidad y la materialidad. El contexto combina características rurales y urbanas, integrándolas en la propuesta arquitectónica. El proyecto se enfoca en la reducción del carbono incorporado mediante procesos in situ que utilizan tierra y técnicas naturales, lo que reduce el impacto ambiental y favorece la redistribución del capital en la mano de obra local. La tierra arcillosa del lugar, extraída de los cimientos y de un pequeño sótano para almacenar alimentos, se utiliza para la construcción de muros tapiales y revoques interiores, destacando la tierra como un elemento central del diseño. La vivienda de 145 m² está compuesta por dos bloques: uno íntimo y otro social, conectados por un zaguán. Esta disposición permite optimizar la ventilación cruzada, controlar la entrada de luz natural y respetar los árboles existentes en el terreno, generando patios interiores. El bloque íntimo, ubicado al oeste, contiene los dormitorios y utiliza los armarios y servicios como aislamiento térmico. Un muro de ladrillos huecos en el lindero permite una conexión visual con la calle sin perder privacidad. El bloque social, al este, tiene la cocina como eje de la vida diaria, con un quincho que protege del sol en verano. El zaguán, al norte, capta la ventilación natural y actúa como una antecámara térmica. La construcción emplea ladrillos comunes portantes, reforzados con vigas de hormigón armado. La tierra extraída se utiliza para los muros de suelo cemento donde se requiere mayor espesor por razones estructurales o térmicas. Aleros perimetrales de hormigón protegen los muros del sol y la lluvia. El bloque de dormitorios cuenta con una terraza verde de 40 m² que proporciona aislamiento térmico y luz cenital. En el zaguán, piezas de cerámica artesanales embutidas en el techo permiten la ventilación y la entrada de luz natural. Paneles de ladrillos orientados hacia el noreste dirigen el viento predominante hacia el interior y generan sombras según el movimiento solar. El bloque social tiene techos altos generados por una lámina de cerámica armada de 7 cm, que facilita la circulación del aire. El uso de materiales locales como tierra cemento, cal y arena en los revoques y pinturas interiores mejora el confort higroscópico y la calidad del aire, mientras que la uniformidad en el uso de ladrillos, cemento y tierra en pisos, paredes y techos minimiza el desperdicio en la obra.