Casa de Piedra
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Intervención en Arquitectura Patrimonial o de Interés Patrimonial
País de representación: Ecuador
Participantes:
- Arq. Maria Isabel Paz Suaréz
Memoria
La Casa de Piedra, situada en la hacienda Guaytacama, Cotopaxi, es una estructura que se encuentra en un territorio de alta sensibilidad histórica y geológica. Construida alrededor del año 1850, la casa se alza en una vasta planicie apenas 30 cm por encima de la zona de riesgo de aluvión del volcán.
Lo que parecía una sencilla remodelación de la casa para modernizar el interior reveló varios secretos: los muros, ocultos bajo 15 cm de enlucido, estaban hechos de piedra pómez, un material de 40 cm de espesor que redefine la esencia misma de la casa. Este descubrimiento cambió el enfoque original del proyecto, forzando una reconsideración de las intenciones iniciales y revelando una arquitectura que ya no podía ser tratada solo como objeto de modernización.
Las capas de enlucido que ocultaban los muros de piedra no solo deterioraban la calidad espacial, sino que traicionaban la autenticidad del edificio. Así, el proyecto no solo era una intervención para resolver problemas técnicos, sino una operación para liberar el carácter original de la estructura, atrapada bajo capas de una historia construida.
La intervención se organizó en tres líneas principales
Primero, se reemplazó la cubierta por una más ligera, liberando cargas, resolviendo filtraciones y permitiendo que la estructura respirara nuevamente. Se generó nuevas aperturas en el sistema de muros portantes, reestructurando el espacio interior. La madera afectada de la estructura fue reemplazada por madera extraída de los árboles del predio, asegurando que la casa no perdiera su conexión con el entorno inmediato.
Segundo, se revalorizó la estructura de piedra y los detalles de madera. No solo como acto estético, sino como un redescubrimiento de la materialidad propia de la edificación. La madera fue expuesta tras retirar el cielo falso, exponiendo las vigas y dinteles de madera originales de la casa como detalle de interior en combinación con la iluminación. Por su parte la piedra se reveló con precisión quirúrgica en algunas áreas, mientras que en otras se conservaron las superficies lisas originales, creando un diálogo constante entre lo revelado y lo oculto.
Finalmente, la modernización interior respetó el eje axial que organizaba la casa desde su ingreso principal. Este eje fue potenciado y reconfigurado mediante una nueva escalera, que ahora actúa como un dispositivo que reorganiza la circulación.
El proceso de intervención en la Casa de Piedra fue un ejercicio continuo de descubrimiento. Capa tras capa, lo que en un principio parecía una estructura simple fue revelando complejidades ocultas, forzando al proyecto a adaptarse constantemente. El resultado no es una simple restauración ni una modernización radical, sino la recuperación de una arquitectura que había sido silenciada por años de modificaciones.
La Casa de Piedra no solo fue transformada, sino que fue redescubierta.