Casa Condomínio Villa del Molino
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Vivienda Unifamiliar
País de representación: Brasil
Participantes:
- Arq. Felipe Chimanski
- Arq. Marcos Bertoldi
Memoria
El terreno trapezoidal con fuerte pendiente y dos frentes cuenta con 1.116 m² de área. Situado en un condominio cerrado en el barrio de Vista Alegre, en Curitiba, lugar de una antigua cantera desactivada. Posee una superficie rocosa en toda su extensión, lo que imposibilita cualquier excavación o movimiento del suelo. Para terrenos con dos frentes en calles opuestas, la legislación municipal sugiere trazar una línea imaginaria en el centro del lote y que cada mitad del terreno tenga una cota de planta baja asociada a su respectiva calle, generando alturas finales diferentes en cada mitad del proyecto.
La vista frontal al Parque Tingui se imponía desde cualquier punto del área. El programa para la residencia de 1.275 m², de proporciones superlativas, se dispuso entonces en seis niveles. Los dos primeros están envueltos por el jardín vertical e iluminados cenitalmente. Los principales usos de estos niveles son espacios para fiestas y gimnasio. A estos dos les siguen otros dos niveles con los mayores acristalamientos de la casa, conteniendo alturas dobles y las principales áreas sociales del proyecto. En sus porciones revestidas en piedra moledo se encuentran las áreas de servicio y garajes. El cuarto nivel es una caja de concreto aparente, rodeada por muxarabis de madera en 3 caras y apoyada en las paredes de piedra del nivel inferior. Enteramente dedicado a los dormitorios. El ático aterrazado, en chapa negra perforada, contiene entre otros usos las oficinas y el home-cinema.
El volumen de forma trapezoidal, moldeado por la línea imaginaria central, está definido por la legislación de la calle superior, diferente de los criterios normativos de la calle inferior al lote, que obligó a un nivel menos en la otra mitad del proyecto. Toda la casa se beneficia de la vista al parque urbano y su lago, con la puesta de sol detrás de las colinas cubiertas de vegetación nativa. El jardín vertical ancla la casa al suelo. La opción por técnicas y materialidades diversas en cada nivel, en un apilamiento de bloques prismáticos, recupera la horizontalidad de la volumetría al suavizar y evitar una excesiva verticalización de la casa, ya impuesta por el extenso programa exigido para esta vivienda.
Internamente los espacios son comunicantes y fluyen horizontal y verticalmente, explorando recorridos y visuales a través de un juego de escaleras, alturas dobles y triples, pasarelas y vacíos, dispuestos de manera dinámica y no convencional. El área externa ajardinada de la piscina, implantada sobre el jardín vertical, surge sobre una losa. Situada en el tercer nivel de la casa, se aprovecha de la cota alta con vistas al parque. La piscina con borde infinito recibió un fondo de vidrio que sobresale parcialmente sobre los jardines verticales y el propio terreno, además de una segunda línea de acristalamiento para la iluminación del salón de fiestas y otras áreas de los niveles inferiores.