IRORI
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Arquitectura Mínima
País de representación: Ecuador
Participantes:
- Arq. Jose Granda Jaramillo
Memoria
El lugar, una parcela en medio del bosque del Chocó Andino en Ecuador, donde funcionaba un galpón destinado a peleas de gallos clandestinas. Primero
se replantea este galpón para transformarlo en un refugio de conexión, concientización y rehabilitación del bosque endémico. Para lograr esta
sensibilidad del lugar se eligió el concepto de Irori, como directriz del diseño y énfasis de buscar espacios fenomenológicos en la arquitectura,
promoviendo espacios pensados en acciones y sensibilidades arraigadas a la memoria colectiva.
Irori es un espacio de la arquitectura tradicional japonesa para relajarse con la familia e íntimos. Consiste en una oquedad cuadrada hundida en el
suelo donde se mantiene un fuego para calentar y reunirse, tiene un significado simbólico y cultural más allá de su función práctica, un lugar para
reunirse, comer, contemplar y socializar. Se utiliza este concepto como promotor de un recorrido de tres espacios consecutivos que buscan despertar
tres sentidos: el olfato, el oído y la vista.
El primer sentido, el olfato, una zona con mobiliario que invita a descalzarse e interactuar con un mueble de madera con distintos elementos
aromáticos locales, el segundo sentido, el audio, se encuentra la zona de descanso con dos camas plegables y sin ninguna interacción visual, solo se
puede percibir siluetas por los paneles incitando a escuchar la actividad natural del exterior. Por último, la vista, entre el ‘irori’ dos ventanas
circulares enmarcan el entorno natural y los últimos paneles se abren hacia una vista del valle del chocó andino, de esta manera se completa el
recorrido.
Finalmente, el refugio se implanta alrededor de un espejo de agua, permitiendo una conexión íntima con la lluvia y el entorno circundante. Además,
cuenta con el baño anexo al volumen para promover la interacción usuario – espacio exterior, donde una tina hundida está encajada en medio de un
cerco de bambú, buscando crear una experiencia de inmersión con el propósito de rescatar el valor sensible del Chocó Andino.