La Institución Educativa Chigorodó, en el municipio del mismo nombre, es un conjunto de edificaciones construidas desde los años 60 por la comunidad a la que sirve. Aunque reflejan el deseo de asegurar un futuro para sus hijos, presentan diversos problemas que dificultan el aprendizaje, desde aspectos constructivos y técnicos hasta problemas climáticos y de capacidad. La fundación Fundrafut ha incluido a la institución en el plan de mejoramiento de colegios del Urabá, Colombia, con el objetivo de devolver la dignidad a los espacios educativos y potenciarlos como centros de integración comunitaria pata todos los actores sociales. Para iniciar este proceso, se llevaron a cabo mesas de trabajo con la comunidad para diseñar un programa que abordara sus necesidades. Se priorizó la construcción de cuatro aulas nuevas para aumentar la capacidad en 140 niños, un coliseo para actividades deportivas y comunitarias, una cocina y comedor para garantizar la alimentación adecuada de los niños, y un nuevo acceso que se convierta en un punto de encuentro digno para todos. Se optó por unificar las diferentes arquitecturas preexistentes mediante la construcción de un volumen en forma de L que contiene el comedor y las aulas, definiendo un patio central como espacio de encuentro colectivo. En medio de este espacio central se construye el coliseo como una plaza cubierta abierta a toda la comunidad, y una cubierta sin un programa definido, donde los estudiantes pueden estar libremente, protegidos del sol y la lluvia. Vinculadas también directamente al patio se han diseñado las nuevas aulas, de un modo que generan espacios de encuentro previos a la clase, donde se promueve la libre discusión. El interés central de nuestro proyecto ha sido integrar a esta ampliación las condiciones del clima y la cultura local, una cultura en la que se vive al exterior, en umbrales sombreados, en donde se aprovecha el viento que cruza a la vez que se está protegido de las fuertes lluvias y del intenso sol. Es por esto que las aulas, el coliseo y los espacios de servicios son concebidos con grandes aleros que los protegen del sol, a la vez que con calados y persianas se generan ventilaciones cruzadas que disminuyen la sensación térmica al interior de los espacios, y que permiten la iluminación natural de la totalidad de estos. Las cubiertas permiten además almacenar el agua lluvia para el consumo del colegio Se ha construido un nuevo acceso que genera un espacio sombreado donde los padres pueden esperar a sus hijos, además de una fachada permeable que reconecta la institución con la comunidad de la que hace parte. Desde su inauguración la comunidad en general se ha apropiado de manera intensa de los espacios, convirtiéndose más que en un colegio en un centro comunitario que funciona hasta altas horas de la noche y en el que se dan todo tipo de actividades culturales, educativas, comunitarias y deportivas, en unos espacios frescos y sombreados, que se han diseñado para atender al clima y cultura de los habitantes de Chigorodó.