Museo de sitio y centro de interpretación Catequilla

Premio de participación: Premio Medalla de Oro
Categoría de participación: Equipamiento y otras tipologías
País de representación: Ecuador
   Participantes: 
  • Sarah Verónica Vásconez Abril

Memoria

Una celebración espacial y lumínica del lugar. Esta propuesta tiene como objetivo rendir homenaje a la auténtica mitad del mundo mediante la creación de un museo de sitio y un observatorio solar en el cerro Catequilla, situado en la parroquia de San Antonio, al norte de Quito. La iniciativa celebra el recorrido del sol, resaltando los solsticios y equinoccios a través de la arquitectura, con el fin de crear un monumento a la luz, además, busca corregir la imprecisión histórica del monumento actual y honrar la importancia cultural y geográfica del lugar. Catequilla está ubicado sobre la línea ecuatorial, lo que lo convierte en un lugar ideal para observar los astros, tanto del hemisferio norte como del sur, de manera equitativa. A diferencia de otros países por los que cruza la línea equinoccial, el cerro Catequilla es uno de los sitios en la tierra más cercanos al sol, causando que la intensidad lumínica sea más alta en comparación a otras partes del planeta. El diseño se basa en una geometría alineada con los puntos cardinales, buscando equilibrio y conexión con la naturaleza. En el eje Este-Oeste se abre un vacío que refleja el recorrido del sol durante los equinoccios, mientras que los muros que enmarcan este jardín deprimido siguen una geometría que responde a los solsticios, permitiendo visibilizar dichos eventos astronómicos a través de la arquitectura. En síntesis, el proyecto busca celebrar la luz en todas sus dimensiones, organizando, definiendo y moldeando el espacio. Se crea un monumento que rinde homenaje a la historia de la línea ecuatorial y promueve un diálogo con su entorno, fomentando el conocimiento a través de una experiencia introspectiva sobre la luz. La geometría del muro sur está inspirada en la trayectoria del sol durante el solsticio de diciembre. Su propósito es modelar la luz y la sombra en el jardín deprimido, creando efectos de color a través de pantallas que lo acompañan. Esta curva es una representación directa del gráfico solar, lo que permite que el gran muro contenedor marque las horas del día durante el solsticio de invierno. La curva del muro norte simboliza el solsticio de junio. Aunque tiene una forma más orgánica, también responde a una geometría diseñada para potenciar las sombras en horas específicas (10 a.m., 12 p.m., 2 p.m.) del solsticio. El objetivo es visibilizar los solsticios y equinoccios, fenómenos que a menudo pasan desapercibidos.