El crecimiento urbano desorganizado en Puerto Ayora ha generado dinámicas que afectan gravemente el entorno natural del Parque Nacional Galápagos que rodea la ciudad. El abandono de barrios en la periferia, alejados de la zona turística del puerto, agrava la situación en los puntos críticos de contacto entre la urbe y el hábitat endémico. Esta problemática se manifiesta en fenómenos como apropiaciones ilegales, el manejo inadecuado de desechos y la escasez de espacio público, como parques y plazas. El objetivo de este proyecto es equilibrar las actividades humanas con la preservación del entorno biológico único de la región. Se propone crear una red ecológica de borde urbano que incluya nodos de interacción social, donde se fomenten actividades comunitarias; estos comprenden un total de siete pabellones cuyos nombres se asocian con algún factor característico de la zona en la que se implanta. Para desarrollar esta iniciativa, se han identificado principios de diseño a través de una revisión literaria y un análisis de proyectos urbanos sostenibles, además de un estudio del sitio que permite detectar oportunidades y debilidades locales. La intervención se lleva a cabo en la franja urbana consolidada que limita con el Parque Nacional, una zona que actualmente carece de infraestructura adecuada, como aceras y calles en mal estado. La falta de regulación, la ausencia de medidas preventivas y la limitada conciencia ambiental de la población contribuyen a la acumulación de desechos en áreas críticas, afectando tanto a residentes como a turistas y poniendo en riesgo la biodiversidad única de Galápagos. Es urgente establecer medidas sostenibles que preserven la salud ambiental y comunitaria en Puerto Ayora. La creación de un corredor ecológico no solo proporcionará un hábitat vital para la flora y fauna nativa, sino que también servirá como un punto de conexión entre las áreas urbanas y naturales, promoviendo la conservación, la educación ambiental y el ecoturismo responsable en esta importante área protegida. En cuanto a la parte arquitectónica, se desarrolló un catálogo de detalles constructivos para módulos estructurales de bambú, los cuales cumplen con distintas estrategias sustentables. Para los módulos de servicio, se optó por materiales de bajo impacto, como piedra volcánica, OSB y MDF, que permiten una correcta modulación y minimizan el desperdicio. Todos los módulos están diseñados para ser ensamblados in situ, ya que sus piezas pueden ser fabricadas y transportadas desde el continente.