La Fábrica de Hielo

Finalista
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Intervención en Arquitectura no Patrimonial
País de representación: México
   Participantes: 
  • Arq. Aisha Arely Ballesteros Farfan
  • Arq. Benedikt Fahlbusch
  • Arq. Javier Sánchez Corral

Memoria

A casi tres décadas de que la fábrica cesara operaciones y fuera abandonada, un taller de arquitectura resolvería por convertirla en su nuevo hogar. Transformándola en un manifiesto de diseño regenerativo donde la energía solar, la captación pluvial, el tratamiento de aguas residuales, y la vegetación, armonizan una reciprocidad simbiótica entre el edificio, su paisaje y sus usuarios. Como ecosistema autosuficiente, La Fábrica de Hielo promueve soluciones sostenibles para mitigar —e incluso dimitir— nuestra dependencia de los suministros municipales de agua y energía. Sobre cualquier otra consideración medioambiental, ahorrar, preservar y mejorar la calidad del agua tiene el potencial de restituir drásticamente la sostenibilidad de nuestros entornos construidos; tanto en la Ciudad de México, como en otras regiones análogas donde la crisis hídrica apenas comienza. El reciclaje de la estructura preexistente, por su parte, requirió una intervención que mantuviera su memoria como parte de un ‘presente histórico’. El programa, y por tanto el proyecto, nacerían en la obra; un proceso instintivo para evaluar lo que podía ser preservado, ponderar lo que ameritaba ser restaurado y encontrar el potencial de reformar con adiciones contemporáneas. A menudo implicando procesos à la Matta Clark para revelar la tectónica del edificio. Como resultado, la fábrica se dividió en dos áreas: una planta baja dinámica para un programa público, y una planta superior para el trabajo privado. Ambas integradas a un claustro que completa el nuevo programa con un pabellón porticado al sur de la propiedad, y una serie de jardines de vegetación endémica que aportan cohesión y serenidad al conjunto. Desde su ocupación, La Fábrica de Hielo ha sido no sólo un lugar para la práctica de la arquitectura, sino también un recinto comunitario para su enseñanza y discusión. Un vehículo dispuesto a compartirse como caso de estudio para un programa de actividades motivadas por sus aspiraciones de sostenibilidad y diseño regenerativo. Como resultado, algunas de esas actividades han detonado nuevos proyectos; otras han promovido emprendimientos colaborativos; y muchas más han logrado trascender más allá de las fronteras de su marco académico y de la propia Fábrica. Hoy, la gente se reúne en la cocina mientras prepara un café o voltea una quesadilla sobre el comal. Algunos disfrutan de la melodía de los pájaros mientras comen un refrigerio del huerto antes de reanudar la jornada; otros intercambian ideas entre estaciones de trabajo o mientras pasan los dedos entre los matorrales de los jardines durante una llamada telefónica. Al fondo, un grupo de estudiantes invitados trabaja con entusiasmo en un taller inspirado por las características del edificio. Actividades cotidianas que ahora enmarcan un ecosistema vivo, que hasta ahora ha entrelazado la práctica con la enseñanza, la recreación y el discurso.

Ubicación