Vivienda de interés social como mecanismo de rehabilitación de Tabete
Ganador
Premio de participación: Premio Medalla de Oro
Categoría de participación: Vivienda Multifamiliar
País de representación: Ecuador
Participantes:
- Srta. Eva Beatriz Armas Romero
- Sr. Diego Michael Armijos Ordoñez
Memoria
El 23 de abril de 2013, un deslave devastó la comunidad rural de Tabete, resultando en la trágica pérdida de 13 vidas. Desde entonces, 86 familias, alrededor de 250 personas, han sido reubicadas en el sector de Mutile, a 126 km al sur de su ubicación original. Este desastre no solo impactó físicamente, sino que también agravó problemas sociales como el desempleo, la pérdida de la principal fuente de ingresos, el abandono escolar y el aumento de embarazos adolescentes.
Han transcurrido diez años desde el deslave y 123 familias continúan viviendo en un área destinada a galpones de cerdos. Lo que se pensó como un refugio temporal se ha convertido en un símbolo de precariedad habitacional. Estas familias siguen expuestas a riesgos como inundaciones, deslaves y terremotos. La falta de viviendas dignas ha obstaculizado la recuperación de la comunidad, generando un fuerte sentimiento de desarraigo.
La situación en Tabete debe abordarse desde un enfoque de gestión de riesgos, a través de una planificación urbana adecuada que defina zonas de riesgo, áreas de protección y mitigación, así como un uso del suelo coherente. Una vez establecida esta planificación, se puede proponer un modelo de vivienda que sea productivo y progresivo, adaptándose a las diversas necesidades de las familias.
Este módulo habitacional incluye dos dormitorios, una franja de servicios y un espacio multifuncional, que actúa como el motor de las actividades familiares. Su diseño permite transformaciones mediante el mobiliario, ofreciendo versatilidad. La plataforma de crecimiento es funcional incluso antes de su expansión, y cuenta con un hall comunitario que fomenta la socialización, al tiempo que cumple con criterios bioclimáticos y respeta las tradiciones constructivas locales.
Si bien la vivienda por sí sola no puede resolver todos los problemas derivados del deslave, puede proporcionar una base sólida para la recuperación de las familias y, por ende, de la comunidad. Reconocer a las comunidades rurales como territorios de oportunidades y diseñar en función de sus necesidades y estilos de vida fomenta un sentido de pertenencia, desarrollo sostenible y resiliencia.