Con solo 1.24 m² de áreas verdes por habitante, La Tola Baja enfrenta una realidad urbana desafiante. En un lugar donde el concreto predomina y los espacios verdes son escasos, este proyecto busca transformar el barrio, devolviéndole vida a sus calles y conectando a sus habitantes con un entorno más accesible y amigable. La propuesta no solo se centra en una renovación física, sino en recuperar la esencia de una comunidad vibrante, reconectándola con el resto de la ciudad para que sus caminos sean transitados y sus historias, celebradas. La empinada topografía de La Tola Baja actúa como una barrera visual que la separa del resto de la ciudad, impidiendo que los visitantes descubran su identidad vibrante. A pesar de su proximidad a dos avenidas principales y un intercambiador, son pocos los que se detienen a apreciar lo que el barrio alberga. Este barrio ha sido testigo de una rica diversidad social y cultural, desde la creación de la primera liga barrial hasta su consolidación como un referente deportivo. Sin embargo, muchos de sus espacios, como las escalinatas que conectan diferentes zonas, son fundamentales para la movilidad interna del barrio y requieren intervenciones que garanticen su seguridad y accesibilidad, fomentando el uso peatonal. El objetivo de este proyecto es mejorar la infraestructura peatonal y derribar las barreras físicas y perceptivas que aíslan a La Tola Baja del resto de la ciudad, creando un entorno urbano donde el peatón sea el protagonista y cada rincón del barrio sea fácilmente accesible. A través de intervenciones estratégicas, se busca transformar las calles y espacios públicos en áreas seguras, accesibles y acogedoras, invitando a la ciudadanía a explorar y redescubrir los encantos que este barrio tiene para ofrecer. Esta propuesta no solo plantea una revitalización física del espacio urbano, sino también un renacimiento cultural que valore la identidad del barrio, sus tradiciones y su capacidad de integración con la ciudad. Con una infraestructura accesible y amigable para el peatón, La Tola Baja podrá recuperar su protagonismo en la vida urbana, dejando de ser un mero lugar de paso para convertirse en un destino vibrante donde la historia, la cultura y la comunidad se proyecten hacia el futuro.