Comedor Estudiantil Colegio Técnico Don Bosco
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Edificios Administrativos, Institucionales y Corporativos
País de representación: Ecuador
Participantes:
- Arq. BLUR
Memoria
El desafío de proyectar un comedor para 600 estudiantes en un terreno de no más de 500m2, transcendió el problema funcional, para evocar el carácter técnico propio de la institución, tanto en su formación académica, como en su infraestructura.
Para lograr la mayor cantidad de comensales en un espacio cuadrado de 20 metros, se concibió una gran pieza estructural apodada caballete que alcanza los diez metros de altura -cota necesaria para cerrar la configuración del recinto adyacente-. El caballete, consiste de dos mástiles de madera laminada configurados a manera de Y invertida y rotada en su eje horizontal.
Se disponen cinco piezas seriadas con una luz de cuatro metros y arriostradas entre si con cables de acero dispuestos en X. La función estructural de los caballetes es liberar el salón comedor de columnas, gracias a un sistema de tensores de los que cuelga la cubierta.
Estos cables son tensados al pasar por el caballete y redirigirse hacia una placa metálica que separa la madera del suelo, transmitiendo y concentrando las cargas del proyecto en un solo sector. Por ende, la cubierta adquiere protagonismo espacial al comprimir horizontalmente la sala, 13 vigas de madera de 24 metros se disponen seriadas para configuran el plano interior de la cubierta, a estas se apoyan 20 tubos metálicos en sentido transversal que cumplen la función de correas y sobre estas se apoya una cubierta metálica tipo sanduche con lucernarios lineales.
Finalmente, el espacio debajo de los caballetes funciona como un pasillo de acceso y distribución, al que se anexa la sala de comensales. Sobre el remate opuesto a los caballetes se dispone la cocina industrial y bar del comedor. Para este objeto se trabajó un revestimiento metálico de láminas colgantes. Oponiendo la cualidad reflectiva e higiénica del acero inoxidable a la superficie natural y veteada de la madera de pino laminada.
El resultado fue concluir con un ensayo sobre la capacidad portante de los materiales y su resistencia. La pretensión de utilizar madera para representar a un colegio técnico- fue llevar su capacidad portante a las ultimas consecuencias. Dentro del colegio, el proyecto siempre tuvo la demanda de una función iconográfica y simbólica.
El exoesqueleto configurado por los caballetes arroja una imagen pregnante de cinco piezas escultóricas dispuestas de manera solemne como la nueva entrada al colegio, en su interior el plano seriado de madera arroja la cualidad fenoménica de cobijo y calidez que le es propia a este material.
El comedor trasciende de su utilidad de bar estudiantil y funciona como catalizador de los flujos de todo el colegio, hace de punto de encuentro en los recreos, acoge a la gente que sale de las misas y es utilizado para las ceremonias y fiestas oficiales de los salesianos. Es la calidad de equipamientos que demanda la educación y cultura de un país, que capturan nuestra imaginación y nos inspiran a ser mejores.