Pasaje Sostenible

Premio de participación: Premio Hábitat
Categoría de participación: Intervención Barrio o Vecindario
País de representación: Ecuador
   Participantes: 
  • Arq. Carolina Rodas
  • Arq. Felipe Donoso
  • Arq. Carla Chávez

Memoria

El proyecto “Pasaje Sostenible” transformó el Pasaje Eduardo Mena en Quito, Ecuador, en un espacio urbano sostenible, alineándose con la Agenda 2030 de la ONU, la Agenda Hábitat Sostenible del Ecuador 2036, y los objetivos de reducción de carbono y accesibilidad universal. Ubicado en el barrio Guápulo, el espacio sirvió a 113 habitantes distribuidos en 25 viviendas, además de contar con una cancha de vóley y un sendero ecológico endémico inventariado por el Municipio de Quito, con perspectivas de rehabilitación. Todas las intervenciones sostenibles se implementaron mediante mingas, talleres y trabajo comunitario, empleando estrategias replicables y de bajo costo. Los ejes principales de acción incluyeron energía solar, circularidad, reciclaje de estructuras, saneamiento y recolección de aguas lluvias, así como la implementación de cubiertas verdes, huertas comunitarias, compostaje, clasificación de desechos y paneles fotovoltaicos. Una de las estrategias clave fue el manejo de energía mediante la eliminación de fugas y la instalación de paneles fotovoltaicos para autogestión eléctrica. Esta acción redujo la huella de carbono y promovió la producción local de energía, convirtiendo al Pasaje Eduardo Mena en un referente para la generación distribuida en la ciudad. En términos de confort térmico, se implementaron 50 m² de techos verdes con vegetación autóctona, lo que ayudó a mitigar el efecto de isla de calor urbano. Esta intervención no solo redujo las emisiones, sino que también mejoró la calidad ambiental del espacio, creando un entorno más saludable para sus habitantes. El manejo del agua y saneamiento fue otra prioridad. Se instaló un sistema de recolección de aguas lluvias mediante canaletas verdes que capturaban la escorrentía y el flujo de agua desde las viviendas. Este sistema ralentizaba el flujo del agua y añadía valor paisajístico al área. El agua recogida se trató en estanques de infiltración biológica y fue reutilizada en las baterías sanitarias comunales, optimizando así los recursos hídricos. La circularidad se fomentó a través de la creación de huertos urbanos en 395 m², mejorando la calidad alimentaria de los residentes y contribuyendo a la sostenibilidad del barrio. Los huertos incluyeron un sistema de captación y filtración de agua lluvia, utilizando técnicas de regeneración del suelo para prevenir la erosión. Asimismo, se implementó un sistema de compostaje en las huertas comunales, promoviendo el reciclaje de desechos orgánicos. Otro componente importante fue el proyecto de “coches de emprendimientos”, que consistió en cuatro módulos móviles que los vecinos utilizaron para comercializar productos y mejorar su economía familiar. El impacto del proyecto fue significativo, mitigando las emisiones de carbono y el efecto invernadero mediante la introducción de techos y muros verdes. Talleres participativos continuos garantizaron el compromiso de los residentes durante todo el proceso de implementación. La cohesión comunitaria existente facilitó la adopción de estas estrategias sostenibles, transformando la vida de los habitantes y sirviendo como modelo replicable en otros barrios de Quito y más allá.

Ubicación