Diseñada para una pareja que busca tener un espacio fuera de la ciudad, una casa completa para residir, trabajar, y llevar una vida cotidiana inmersa en la majestuosidad del bosque. Casa Cono se integra armónicamente con su entorno, adaptándose a la topografía y honrando cada árbol existente, convirtiéndolos en los elementos predominantes del diseño. Dos volúmenes rectangulares superpuestos y girados componen una geometría que articula el programa arquitectónico en dos niveles de una manera simple y honesta, buscando capturar distintas vistas del bosque en todos los espacios. Fachadas en su mayor parte traslúcidas, aligeran los volúmenes y crean una fuerte relación entre el interior y el exterior. Así, las grandes ventanas se convierten en marcos para el exterior, permitiendo contemplar la relación entre los árboles, la luz, el viento y los sonidos del bosque que se convierten en parte de la experiencia arquitectónica del habitar. En planta baja, el espacio público se separa por un patio techado que funciona como vestíbulo de acceso, distribuyendo hacia un estudio por un lado y hacia la estancia, comedor y cocina por el otro. Al subir las escaleras, las cuales fungen como un tercer volumen que se integra a los dos principales de manera vertical, encontramos el área privada, la cual a través de su materialidad y escala nos transforma el nivel superior en una atmósfera mucho más acogedora y cálida para las habitaciones. El acercamiento a la casa desde el acceso vehicular revela un volumen que parece posarse ligeramente sobre el terreno. Tras recorrer un camino que se despliega sobre el terreno, se alcanza la parte más elevada del mismo, revelando la entrada a la residencia desde su parte posterior. Al entrar descubrimos la vista de manera imponente, como si se tratara de un gran mirador.