CABANA ZERO

Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Arquitectura Mínima
País de representación: Brasil
   Participantes: 
  • Arq. Alziro Carvalho Neto
  • Arq. Felipe Rio Branco
  • Arq. Júlia Carreiro

Memoria

La Cabana Zero es el prototipo de 11 refugios diseñados para un centro de retiro espiritual, basado en los rituales vegetalistas de los pueblos originarios de la Amazonía Peruana. Cada retiro dura 9 días y se realiza de forma individual, con privacidad y dietas específicas. Estas cabañas están situadas en una zona de densa vegetación, en una región montañosa, a poco más de 100 km de la ciudad de Río de Janeiro. La principal característica de las cabañas es su marcada dualidad y complementariedad en la relación con el paisaje circundante. Internamente, ofrecen un ambiente de introspección y acogida, caracterizado por la madera natural, mientras que externamente, sus terrazas de madera pintada de negro abstraen el espacio construido, conectando al ocupante de manera directa y expansiva con la naturaleza. La Cabana Zero fue concebida desde el bosque, para que eventualmente vuelva a ser bosque algún día. Una arquitectura pensada como construcción, pero también como ruina. Toda la madera utilizada en la construcción fue reciclada de un antiguo almacén existente en el lugar. Considerando el difícil acceso al terreno, la cabaña fue diseñada como una estructura modular de madera con un sistema de fijación simplificado, minimizando la cantidad de herramientas necesarias. La estructura está elevada del suelo, reduciendo el impacto en la topografía y facilitando el proceso constructivo. Las amplias aberturas permiten la entrada de luz natural, ya que las cabañas no tienen electricidad, garantizando también una ventilación adecuada. El confort térmico se mantiene de forma pasiva, con tejas ecológicas que protegen contra la insolación directa y paredes dobles con aislamiento térmico. La Cabana Zero cuenta con un total de 21,6 m², de los cuales 8,64 m² corresponden al espacio interior y 12,96 m² al exterior. Cada cabaña cuenta por una habitacíon, un baño seco sin agua caliente y una terraza, ofreciendo lo esencial para el confort de una persona, sin excesos. Las ventanas no tienen vidrios, para evitar que los ocupantes vean su propio reflejo durante el retiro, promoviendo una experiencia de inmersión más profunda. Las aguas residuales se tratan de manera ecológica, mediante un sistema de círculo de plátanos. La vegetación alrededor de las cabañas se mantiene en su estado natural, con senderos cuidadosamente planificados para permitir el acceso al bosque sin dañar el ecosistema. Este prototipo busca ir más allá de la simple integración entre arquitectura y naturaleza. Propone una “arquitectura-naturaleza” que nos reintegra como especie a nuestro entorno original, promoviendo una conexión más profunda con la tierra.

Ubicación