comedor

Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Arquitectura Mínima
País de representación: Brasil
   Participantes: 
  • Arq. cássio sauer
  • Arq. elisa t martins

Memoria

el proyecto del comedor surge en respuesta a los eventos climáticos extremos que arrasaron innumerables ciudades del sur de brasil en mayo de 2024 y frente a la necesidad de mejorar las condiciones de los refugios de emergencia que acogieron a los desabrigados en este período. construido en la escuela estatal Ana Neri, en la ciudad de Porto Alegre, el proyecto empieza con una intervención temporal en el auditorio – un pequeño edificio de madera, característico de la arquitectura escolar de la región. en este espacio fueron instaladas divisiones livianas – cortinas suspendidas por cables de acero – capaces de delimitar áreas específicas para cada familia y adaptar el uso del pabellón, aportando mayor privacidad y habitabilidad al abrigo. en una segunda etapa de la intervención, con el regreso de las clases en la escuela, fue necesario construir un comedor para los residentes – una nueva construcción – que funcionara independientemente del flujo de los alumnos. la arquitectura propuesta consiste, así, en una gran cobertura y una mesa lineal que ocupan un sector vacío del lote de la escuela. la elección de la construcción en madera forma parte de una investigación que, de alguna forma, permea los proyectos desarrollados por el estudio, un pequeño intento de emplear técnicas de construcción tradicionales, y, a la vez, representa la posibilidad de utilización de una materia prima de bajo costo y de pronta disponibilidad, teniendo en cuenta la existencia de una mano de obra local con experiencia y con un importante conocimiento práctico del material. de este modo, la propuesta explora la madera como técnica constructiva y busca emplear los componentes más asequibles, como la madera de eucalipto redondo para las columnas y vigas principales y una estructura de listones delgados para soportar el techo. con el objetivo de unificar la intervención y las distintas piezas de madera, la pintura verde confiere unidad a la propuesta marcando la intervención en el conjunto edificado de la escuela. la protección de la madera con pigmento ayuda a proteger y a cubrir las imperfecciones del material, contrastando con la cubierta blanca de tejas de policarbonato que aportan una luz difusa al espacio. así, el proyecto inicialmente concebido para servir de comedor para las familias, con el pasar del tiempo, se convirtió en un equipamiento lúdico para los alumnos, un espacio colectivo y comunal. en este sentido, la intervención provocó una serie de interacciones y usos sorprendentes, al ser utilizada como un objeto de juego para los niños, e incluso, como una herramienta de aprendizaje, donde se imparten clases en el espacio exterior. el proyecto representa una experiencia única de diseño y construcción, por más que sea una contribución muy sencilla – entre tantas cosas todavía por hacer – ante esta inmensa e impensable tragedia.

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