El Museu da Vacina (Museo de Vacunas), forma parte del Parque de las Ciencias, un complejo cultural con 22 atracciones situado en la zona verde de 725.000 metros cuadrados del Instituto Butantan. Destaca por estar situado al final del nuevo bulevar del parque. Antes de su transformación, la Casa Vital Brazil albergaba laboratorios de ecología, evolución, herpetología y la administración del Museo Histórico. A pesar de varias reformas, el edificio histórico ha conservado sus formas y líneas originales. Con 550 m² de superficie, el Museo cuenta con seis salas de exposición, además de una sala administrativa, técnica y pedagógica, un patio central, una recepción, una sala de proyecciones y un bloque de aseos para el público y el personal, todo ello dispuesto en la planta baja con amplios techos. El principal objetivo del museo es demostrar la importancia y eficacia de las vacunas a través de una base histórica, mostrando el proceso de producción y la forma en que las vacunas actúan en el organismo. Para ello, la exposición se divide en ocho espacios interactivos e informativos, que utilizan diversas tecnologías para sensibilizar a niños y adultos. Entre ellos se incluyen salas inmersivas con contenidos educativos, juegos que simulan las fases de producción de una vacuna, hologramas, una línea del tiempo con hitos históricos y un cine 6D donde los visitantes experimentan el impacto de la vacunación en el cuerpo humano. El proyecto museológico se basa en la conservación de las capas históricas del edificio, siguiendo los principios contemporáneos de conservación del patrimonio cultural, especialmente los de la Carta de Venecia de 1964: distinguibilidad, compatibilidad de materiales y reelaborabilidad. La restauración y adaptación de la Casa Vital Brasil se guiaron por estos principios, garantizando la integración armoniosa del nuevo uso propuesto con el valor cultural existente. El Museu da Vacina cuenta también con “testimonios”, miradores dispuestos en el desnivel del patio central, que destacan puntos de interés histórico del edificio. Se creó un nuevo bloque de aseos para satisfacer las necesidades del museo. Se revistió de madera, siguiendo la premisa de la distinguibilidad, al tiempo que se integraba suavemente en el entorno arbolado del parque. La conexión entre la entrada del museo, las zonas de exposición y el nuevo anexo de aseos se realiza a través de una cubierta metálica elevada revestida de granito, que favorece la accesibilidad universal sin desniveles. La singular arquitectura exterior del museo conecta materialmente con el bulevar del Parque de las Ciencias, creando una armonía visual con el entorno. De este modo, el Museu da Vacina no sólo preserva y celebra la historia y los avances científicos relacionados con las vacunas, sino que también se integra en el entorno natural y cultural del Parque de las Ciencias, ofreciendo una experiencia educativa inmersiva e interactiva para todas las edades.